La holocracia y su funcionamiento

16 de agosto, 2022

Tradicionalmente, las empresas se han realizado la gestión de recursos humanos mediante una fuerte jerarquización. Pero en pleno siglo XXI, esta forma de dirigir las compañías ha quedado totalmente desfasada. Cada vez son más las empresas que apuestan por una gestión participativa, horizontal. Y aquí entra en acción la holocracia como modelo de gestión.

Hablamos de un modelo organizativo sin puestos ni jerarquías definidas. Un modelo donde se suprime la figura del jefe. Lógicamente, esto tiene incontables ventajas, aunque también sus puntos negativos. Eso sí, bien gestionada e instaurada, la holocracia puede ser muy eficiente. Pero hay que saber cómo desarrollarla.

Qué es la holocracia

La holocracia es una organización totalmente horizontal, sin jefes. Las decisiones se toman de forma horizontal, y no hay ninguna persona o cargo superior a otro. El organigrama de la compañía sería circular, en vez de vertical. Encontramos cuatro puntos clave en las organizaciones holocráticas:

• Supresión de la estructura jerárquica tradicional: desaparece la estructura a diferentes niveles. En vez de jefes, responsables de proyecto y empleados rasos, tenemos equipos de trabajo. Cada uno tiene sus propios objetivos, alineados con los de la empresa, y se auto organizan de forma interna.
• El rol del empleado: cada trabajador tiene su función y responsabilidades según el proyecto donde trabaja. Este papel se asigna en función de sus características, fortalezas y capacidades. En este sentido, el reskilling y upskilling serán claves para capacitarlo ante sus funciones.
• Roles fluídos: eso sí, el rol del trabajador es cambiante. Pueden asumir unas funciones en un proyecto y otras totalmente diferentes en el siguiente. Generalmente, la rotación de funciones depende de las necesidades de la empresa. Cada empleado puede colaborar en distintos proyectos o con equipos diferentes.
• Empleados totalmente autónomos: iniciativa y proactividad son dos de las características básicas de esta forma de trabajar. Los trabajadores deben tener capacidad para trabajar de forma autónoma, además de adaptabilidad a los cambios. Solo así podrán adoptar con éxito las diferentes funciones.

Cómo funciona la holocracia

A pesar de no haber jefes o jerarquías, la holocracia persigue unos objetivos. La estructura de mando tradicional se suprime, pero la meta continúa siendo el cumplimiento de los objetivos. Como hemos indicado, la estructura es circular. Y la dirección se sustituye por un liderazgo conjunto.

Periódicamente, se celebran reuniones con todos los actores involucrados. En ella se evalúan los diferentes aspectos de la organización y la dinámica laboral. Cada miembro de la organización asume un papel. Esta asignación de roles constante hace que la estructura de la organización se renueve permanentemente.

Idealmente, la holocracia es útil en empresas con una dinámica de trabajo ágil. Se trata de un modelo especialmente interesante para organizaciones con pequeños grupos de trabajo. Si estos son autosuficientes, la holocracia puede resultar todo un éxito. Antes de instaurarla, hay que analizar bien qué tipo de empresa somos.

Hay organizaciones incapaces de funcionar sin la figura del jefe. Sin embargo, hay otras donde se puede prescindir de él. Por eso, hay que analizar si nuestra plantilla (y negocio) se pueden adaptar a la holocracia. Por ejemplo, en campos como el financiero o las telecomunicaciones no parece que vaya a funcionar.

En cambio, empresas como Netflix, Zappos o John Lewis la han instaurado con éxito. También es importante tener en cuenta que la implantación de la holocracia exige una costosa transición. Hay que evaluar al personal y sus capacidades, explicar bien el sistema y entonces decidir si vale la pena instaurarla o no.

Gracias a un software de recursos humanos como Sesame HR, te será más fácil evaluar las competencias de la plantilla. Es una de las muchas funciones que ofrece. También lo puedes usar para seguir la evolución del upskilling y reskilling. En este sentido, las reuniones one to one nos son de gran ayuda.

Ventajas de la holocracia

A favor de la holocracia, tenemos una mejora en todo lo relacionado con agilidad, eficacia o innovación. La asignación de roles a las personas adecuadas y la supresión de las cadenas de mando hacen que las empresas funcionen mejor. Los empleados saben cuál es la mejor forma de trabajar.

También es sinónimo de gestión transparente. Al eliminarse las jerarquías, todos los empleados están al día en la toma de decisiones y políticas de empresa. De este modo, se evitan dudas. Además, los trabajadores tienen la tranquilidad de saber qué pasa en cada departamento.

No podemos pasar por alto la capacidad de adaptación de los trabajadores. El hecho de asumir diferentes roles y la continua renovación y adquisición de capacidades hacen que estén más preparados. El resultado no es otro que equipos de trabajo mejor preparados.

Desventajas de la holocracia

Eso sí, la holocracia también tiene sus desventajas. Como hemos dicho anteriormente, el proceso para implantarla es muy laborioso. Y no es un modelo válido para cualquier tipo de empresa. Es más, no todos los trabajadores pueden estar preparados para trabajar siguiendo este modelo.

Hay gente que necesita un líder a su lado. Su ausencia puede generar incertidumbre en estos trabajadores. Cuando son mayoritarios en la plantilla, difícilmente triunfará. También resulta difícil evaluar el compromiso del empleado con la empresa.

Ya hemos visto que no es un modelo aplicable a todos los sectores. Además, por sus características se ajusta mejor a pymes que a grandes corporaciones. Aunque sea por cuestiones organizativas.

Más allá del sector, el éxito de la holocracia se basa en los objetivos, valores y cultura vigentes. Para conocer más sobre el tema, te recomendamos leer los artículos relacionados en el blog de Sesame HR.