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Qué es un job hopping y qué beneficios tiene

Descubre qué es un job hopping, cómo adaptarte a trabajar con ellos y los pros y contras de su colaboración en la empresa.

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Marcos Lopez

HR Consultant

job hopping

17 de agosto, 2022

Uno de los grandes objetivos de recursos humanos es retener talento y reducir la rotación de trabajadores. Algo que, en ocasiones, contrasta con la voluntad de los trabajadores. El ejemplo que mejor lo ilustra es el de los job hopping. Una tendencia con la que las empresas deben lidiar.

Cuando en el proceso de selección de personal vemos que el empleado ha cambiado de empleo constantemente, genera desconfianza. ¿Qué razón puede llevar a una persona a cambiar tanto de empleo? ¿No busca la estabilidad? ¿Qué sentido tiene contratar a un trabajador (e invertir en él) al que no podré retener?

En cierto modo, el temor a los job hopping es comprensible. Al fin y al cabo, la contratación de un empleado supone una importante inversión para la empresa. Y si se marcha, nos quedamos con la sensación de que hemos malgastado recursos. Pero los job hopping también tienen sus ventajas.

Qué es un job hopping

A estas alturas, ya te habrás hecho una idea de qué son los job hopping. Se trata de los profesionales que cambian de empleo voluntariamente y con cierta frecuencia. Este fenómeno tambén se conoce como “job jumpers”, pues saltan de un puesto de trabajo a otro.

En un contexto inestable como el actual, ¿qué lleva a una persona a cambiar tanto de empleo? La respuesta está en la búsqueda de nuevos retos laborales. Es un perfil que raramente echa raíces en una empresa. Por lo general, no están más de dos años en la misma organización, y siempre están abiertos al cambio.

Aquí tenemos que hacer el primer inciso. Un job hopper no es un trabajador poco comprometido con la empresa. Más bien, todo lo contrario, son personas muy ambiciosas. Pueden mostrar más compromiso con la organización que otro trabajador con una dilatada experiencia en la misma.

También hay que tener en cuenta que es un fenómeno habitual en las nuevas generaciones. Si las generaciones precedentes apostaban por hacer carrera en un puesto o una empresa, sus hijos no. Sin embargo, hay que aprender a trabajar con los job hoppers para no quedar obsoletos.

Cómo trabajar con los job hopper

El primer paso para trabajar con un job hopping es un cambio de mentalidad en las empresas. Hay que estar abiertos a todos los perfiles, y saber que pueden resultar de gran utilidad. De este modo, adaptaremos la gestión del talento a la realidad del job hopper. Solo así, sacaremos el máximo partido a su presencia.

Ya desde el proceso de selección, un software de recursos humanos como Sesame HR te ayudará a identificar y gestionar estos perfiles. Adaptar el plan de carrera a estadías más cortas en la empresa será fundamental. Y una de las primeras cosas que haremos será definir al máximo los objetivos.

Piensa que cada job hopper tiene diferentes niveles de ambición. Sin embargo, su rendimiento laboral mejorará si tiene objetivos realistas. Por eso, es aconsejable pensar especialmente en el corto plazo, sin pasar por alto el medio. Los objetivos a largo plazo, por ejemplo a 5 años vista, no parecen la mejor opción.

En este sentido, fijar incentivos es una forma de motivarlos. Un sistema de recompensas adecuado nos permitirá aprovechar al máximo su rendimiento. Una buena comunicación interna siempre ayuda a que aguanten más en la empresa. Lo mismo que un ambiente de trabajo adecuado.

Por último, hay que hablar de la evaluación del desempeño de los job hoppers. Aunque sean profesionales de lo más competente, esto no significa que vayan a rendir automáticamente. Como cualquier trabajador, necesitan un contexto para ofrecer su mejor versión.

La evaluación del desempeño nos permite medir el rendimiento de cualquier empleado. Incluidos los job hoppers. De nuevo, un programa de recursos humanos como Sesame HR te ayudará a obtener las mejores métricas sobre rendimiento laboral. Así, puedes ofrecer el mejor feedback.

Pros y contras de los job hopping

A la hora de trabajar con un job hopper, hay que valorar las ventajas y desventajas. Sin lugar a dudas, su grandes fortalezas son la capacidad de aprendizaje y adaptabilidad al cambio. El hecho de cambar constantemente de empleo no hace más que potenciar estas dos soft skills.

Por su naturaleza curiosa, no dejan de formarse. Tienen facilidad para incorporar conocimientos o adaptarse a las novedades y tendencias del sector. También a enfrentarse a nuevas situaciones. De este modo, pueden ser un perfil muy interesante cuando la empresa afronta procesos de cambio.

Acostumbran a tener fuertes habilidades comunicativas. Además, son organizados. Es un perfil capaz de trabajar con cualquier tipo de equipos, pero también en solitario. Todo esto les proporciona una gran proyección laboral. Tienen un objetivo claro, conoces sus fortalezas y se esmeran en reforzar sus puntos débiles.

También deberíamos señalar que es una forma de atraer talento, con una inversión formativa más baja. Eso sí, presentan el importante hándicap de que difícilmente podemos confiar en ellos en el largo plazo. Llegados a cierto punto, esto puede ser un obstáculo. También pueden presentar cierta falta de especialización.

Hay tres tipos de job hopping. El esencial o el oportunista pueden aportar mucho a la empresa. Pero también existe el job hopping problemático. En vez de cambiar de trabajo por ambición o ante una buena oportunidad, lo hace porque es un empelado conflictivo o con problemas de adaptación. Los identificarás porque cambian de empleo con excesiva frecuencia.

Recuerda que en las guías de Sesame HR y en nuestro blog encontrarás más información a la hora de gestionar con éxito este tipo de perfiles. ¡No te lo pierdas!


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